Todas los diseños descansan sobre el mismo anclaje conceptual: la combinación perfecta de los cuatro elementos genera la alquimia de la cual nace un quinto elemento vital: el vino.
Esta alquimia creadora y mágica se representa bajo un isotipo que se repite en todas las líneas de vino, funcionando como agente de aval.
De esta forma, cada packaging destaca las características principales del vino que contiene, y transmite la filosofía central del cliente.
Diseños elegantes, depurados, simbólicos y abstractos.