Se optó por una marca caligráfica para apuntar al hecho de que la historia más rica de esta bodega es la que se está escribiendo en la actualidad y también por su carácter gestual que permite su reproducción en cualquier soporte sin detrimento de su elegancia. El código cromático jerarquiza el dorado para avalar la calidad tanto de la bodega como de cada uno de sus productos y servicios. La linealidad de la marca es ascendente en clara simbolismo de la dirección actual de la empresa en el ecosistema vitivinícola mundial.
Las cuatro generaciones Bianchi se encuentran representadas en los cuatro bloques que componen la marca “Since 1928”, “Bodegas Bianchi”, “90” y “años”.